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Las palabras, el milagro y el asombro y la actitud.

  • Carlos A. Zertuche Zuani
  • Jul 20, 2015
  • 4 min read

Crecer por dentro



¨Debemos estar atentos. Todos los días vivimos aunque sea un instante el paraíso¨.

- Jorge Luis Borges


Dedico este escrito al Dr. Rafael Rangel Sostmann, Ingeniero de ideas y de la vida.



Estimado lector, vivimos tiempos difíciles que no parecen tener fin, pero independientemente de reconocer los problemas y enfrentarlos, es importante no perder la perspectiva hacia lo que verdaderamente importa y volver la vista a lo esencial. Estar vivo es afanar, es luchar, es abrir los ojos cada mañana y encontrar en la resurrección de cada día el sentido a nuestro esfuerzo, y por qué no, también, alimentar la esperanza y descubrir en los detalles cotidianos esos “instantes del paraíso” a los que se refiere Borges.


Mi colaboración en este número, es un intento de crear a través de la palabra un espacio para el equilibrio, el orden, en fin, darnos un poco de paz y reflexión dentro de tanta turbulencia.


En primer lugar te comparto un texto Nerudiano sobre el origen (metafórico) de las palabras. En el segundo, describo brevemente tomando ideas de todos, el milagro y el asombro de vivir, y finalmente, me despido con un mensaje en donde resalto la grandeza de la condición humana. Te invito a “crecer por dentro” y adelante.



Las Palabras.


Andando hace muchos años hacia adentro de mi patria, me pareció encontrar en la naturaleza, la fuente de las palabras, la cuna silvestre de la poesía.

El cielo se recortaba entre las altaneras copas de los cipreses, el aire removía las substancias balsámicas de la espesura, todo tenía voz y era silencio, el susurro de las aves escondidas, los frutos y maderas que cayendo rozaban los follajes, todo estaba detenido en un instante de solemnidad secreta, todo en la selva parecía esperar. Era inminente un nacimiento y lo que nacía, era un rio. Sus primeras aguas, vírgenes y oscuras, eran casí invisibles, débiles y calladas, buscando una salida entre los grandes troncos muertos y las piedras colosales.


Mil años de hojas caídas en su fuente, todo el pasado quería detenerlo, pero sólo embalsamaba su camino. El joven rio destruía las viejas hojas muertas y se impregnaba de frescura nutricia que iría repartiendo en su camino.

Yo pensé: ¿Es así como nacen las palabras? Vienen de las alturas invisibles, solitarias y fragantes, y, como el rio, buscarán la ruta entre los montes y sacudirán con su canto cristalino las praderas.


¿Qué te parece? Dime si no sientes que las palabras son un manjar para los labios, música para los oídos, gotas de lluvia refrescante sobre el rostro o una aterciopelada caricia al corazón.



El milagro y el asombro.


Yo creo que la vida simple y sencillamente, es maravillosa ¿Qué piensas tú?

Nos agasaja con la exuberancia del mango, con la generosidad del pan, y la exquisitez del vino tinto, con el aroma de las flores. Nos regala la misteriosa oportunidad de tocar, la de reconocer la textura, la de encontrarnos con la piel de quien amamos y nos regala un mundo para descubrirlo.


Sorprende a nuestros oídos con la suavidad del violonchelo, con las canciones, con la magnificencia de las sinfonías y con el singular portento de la voz humana.

Nos deslumbra con la lucidez de los filósofos, con la poesía, con la emoción de nombrar e intuir.


Nos permite encontrarnos con la posibilidad de crear y con la de crearnos. Un escrito, un dibujo, una tonada, un trazo o una línea, cualquier idea producto de nuestro esfuerzo nos refleja y nos recuerda la vida.


Nos sorprende además con el amor, con la belleza, nos regala la fuerza del enamoramiento. Nos permite degustar el misticismo y el afecto, descubrir lo sublime y sabernos, extrañamente, parientes de lo eterno.


La vida nos regala a algunos la posibilidad de tener hijos y a todos, la de tener padres. La posibilidad de amar y ser amados.


La vida nos permite adoptarnos, acercarnos, conocernos, sorprendernos y descubrirnos. Celebrar la fiesta del nosotros.


Y finalmente, nos invita a sorprendernos ante el milagro de la existencia, el milagro de nuestra propia existencia.



La actitud.


Mientras uno viva, los problemas giran siempre alrededor de la circunstancia humana, uno no los elije, la mayor parte de las veces llegan solos, lo que si depende de nosotros, es cómo reaccionar ante ellos. Esto se llama actitud.

Hay un poema extraordinario que se llama “Invictus” escrito por el poeta Inglés William Ernest Henley en 1875. Fue escrito al borde de una cama de hospital cuando el escritor a los 26 años luchaba por conservar la vida. Él había sufrido desde temprana edad de Tuberculosis y de la amputación de una de sus piernas. A pesar de sus problemas, fue un hombre que supo sobreponerse a su destino y mantenerse activo y productivo hasta su muerte a los 53 años.


El poema es un canto de redención y triunfo ante la adversidad y fue usado por Nelson Mandela durante las casi tres décadas de encarcelamiento para sobrellevar la injusticia. Te comparto las últimas frases para su reflexión:


… Y sin embargo la amenaza de los años

me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal,

cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:

Soy el capitán de mi alma.


Vamos a tratar de ser felices, y pasarla bien, que buena falta nos hace.


PD. Si no han visto la película “Invictus” véanla.


Afectuosamente, su amigo



Carlos A. Zertuche Zuani

carloszz54@hotmail.com

Septiembre 2010


 
 
 

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