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Evocación a la simpleza.

  • Carlos A. Zertuche Zuani
  • Jul 25, 2015
  • 3 min read

Crecer por dentro



“Y entonces, sin que ninguno de los dos dijera una palabra, nos abrazamos y besamos como si lleváramos cinco mil años esperando este momento.” - Stamm


Dedico éste artículo a mi hermana Ene y Ricardo, porque de niños me inspiraron a contar más que números, historias.



Busco algún tema para escribir y no encuentro nada en particular, sin embargo, al mismo tiempo, un buen número de ideas orbitan alrededor del sol que da calor a mi consciencia. El diálogo que pretendo establecer contigo, es un tren con una sola vía, que espera encontrar en algún momento una palabra viajera de regreso.


Vaya que es complejo el ejercicio de aislarte y encontrar tranquilidad para escribir, en esta vida moderna, que parece una plaza de toros que no respeta tercios ni embestidas.


Divagaciones, evocaciones y misterios me acompañan… te comparto: El reto de plantear lo vivencial, es que a otra persona le interese y que en una palabra o una idea, encuentre algo semejante que nos haga pensar o sentir en esa condición que nos hermana. Uno está dentro de todos y todos están dentro de uno. Todo cambia y al mismo tiempo, nada cambia. No creo que hace cinco mil años tuviera diferente sensación o significado en nuestros ancestros el arrullo impredecible de las olas o un abrazo a la orilla de la playa. Por eso, me estimula platicarte algo que es mío y que a lo mejor también es tuyo, y ni siquiera nos habíamos dado cuenta.


Hay lecturas que a veces nos atrapan, termino de leer la historia de un arqueólogo y su joven asistente, que al descubrir los restos de una mujer que habitó hace miles de años, se dan cuenta que los afanes y sentimientos esenciales, siguen siendo los mismos desde el neolítico hasta nuestros días. Y en un final inesperado del relato, sin palabras de por medio, se dan cuenta simplemente, como ha sucedido desde el principio de los tiempos, que se han enamorado.


Dicen que la inteligencia va de la mano de la capacidad de acudir a la abstracción y a la duda. Me gustaría a lo más, tener la sensibilidad minimalista de apreciar la esencia de las cosas, con la mirada y candidez del niño, que en el regazo de su madre adivina, no sólo el alimento, sino además, el sagrado néctar que lo induzca al sueño.


Escribo para poner en lo posible, en orden mis ideas, antes de que se pierdan en la nada. Visto mis reflexiones lo mejor posible, en ese vano intento de encontrar el traje a la medida y los accesorios que detallen mejor las circunstancias.


Aspiro a lo más, que un día, no sé dónde ni cuándo, un alma errante haga contacto con la mía y se detenga, y en un suspiro de silencio aislado musiten sus labios entreabiertos ¡Que extraño, esto también lo he pensado yo!


Llevo una semana supuestamente descansando y no dejo de sentirme extraño, tomo algunas notas y llevo conmigo algunos recuerdos: el registro indeleble de un beso carmesí en el extremo de una servilleta; la nostalgia exacerbada en el claroscuro de una tarde; la simpleza evocadora de una gota de lluvia hecha diamante escurriendo en la ventana; el sentido del espacio en una nube; la acotación al margen de una página, de algunas dudas que he de resolver más tarde; tres palabras subrayadas cuyo significado desconozco y la imagen de toda la naturaleza y belleza concentrada, en un cuerpo de mujer reclinada secándose el cabello.


No sé en qué momento hagan contacto los puntos, los míos, los tuyos o los míos con los tuyos, pero te invito a desentrañar en estas líneas que comparto tus propias evocaciones, divagaciones y misterios.

Insisto en apreciar la importancia de las cosas simples, de reaprender a relajarnos en este mundo lleno de tecno-adictos y ansiedades. Se nos dice constantemente que no hacer nada es perder el tiempo, como si todo se tratara de algo utilitario y constructivo, y nos olvidamos de lo más importante: “Del milagro de estar vivo y la fascinación de ser uno mismo”.


No hay más, la belleza existe y su mayor atributo es la simpleza.

¡Hasta pronto!


Afectuosamente, su amigo


Carlos A. Zertuche Zuani

carloszz54@hotmail.com

Septiembre 2012


 
 
 

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