Desnudar el Alma. (El perfil y la esperanza)
- Carlos A. Zertuche Zauni
- Jul 27, 2015
- 4 min read

Crecer por Dentro
“La vida es como un jardín. Los momentos pueden tenerse, pero no preservarse, excepto en la memoria. LLAP (Live Long And Prosper)”.
Último tuit de Leonard Nimoy (Sr. Spock)
4 días antes de emprender
el verdadero viaje a las estrellas.
Dedico este artículo a mi hermano Armando, fuente de inspiración, actitud ante la vida y alegría.
Muchas veces el personaje que vamos construyendo durante la vida, termina por imponerse a la persona que realmente somos o queríamos ser. No en pocas ocasiones, la imagen que proyectamos a la sociedad, es muy diferente de la interpretación que tenemos de la propia realidad. En fin, como decía el gran Gabo, “la vida no es como uno la vivió, sino como uno la recuerda”; y yo agregaría, que los recuerdos cambian con el tiempo.
A través de los años, uno mismo se sorprende del cambio de lectura y perspectiva que le damos a una misma vivencia del pasado. La memoria, es una dama veleidosa que al convertir el ayer en hoy, recrea el concepto de lo que fue verdad y va modificando en forma permanente lo que realmente sucedió.
En un mundo de vértigo que dificulta el espacio para la introspección, veo un reclamo profundo en nuestra cotidianeidad: “¿Cómo entender la vida sin asumir primero un diálogo interior?, ¿Cómo descubrir sin descubrirnos?, ¿Cómo aprender sin reflexión y autoconocimiento?, ¿Cómo viajar a las estrellas sin explorar antes el sol interior?”.
Dice Pico Iyer (escritor y cronista de viajes) que la “quietud” es un arte. En la era de la velocidad, la distracción y el movimiento constante, no hay nada más alentador y urgente que ir despacio, poner atención (conciencia plena), y detenernos para saborear los momentos de quietud y de silencio. Esos momentos en que el universo eres tú y tú parte del universo.
Me detengo, escribir tiene sentido, me ayuda a ordenar y estructurar mis pensamientos, a encontrar la claridad y descubrirme. Si una “alegoría” es un recurso literario que se usa para hablar en sentido figurado, representar una idea, hacer visible lo invisible, dar imagen a un concepto, simbolizar un significado, en fin, dibujar lo abstracto, entonces creo que cada ser humano es una alegoría, pues nuestra estructura corporal no es más que la encarnación de algo más profundo, relevante e intangible, esa energía y soplo vital denominado, espíritu… alma.
Te exhorto a analizar los siguientes conceptos que hablan sobre la descripción de las personas. Una biografía, es un intento de novela de la historia de una vida.
Un curriculum vitae, es una definición de cualidades y logros en la búsqueda permanente del oficio. Una semblanza, es una idea o presentación difuminada de tu ser y tus quehaceres. Pero un perfil humano, es otra cosa, es revelar lo más profundo y trascendente de tu ser, es simplemente… desnudar el alma.
Voy hacer un ejercicio y te invito a que hagas el propio. Intentemos sin decir nombre, edad, origen, ascendencia, estudios, oficio y descendencia, describirnos. Crear tú perfil humano.
MI PERFIL Y LA ESPERANZA
Soy un explorador sensible de ideas y de emociones.
Asocio, conecto e íntegro en lo posible (software interno), las infinitas circunstancias que rodean la vida.
Cuestiono, me pregunto e investigo. Tomo nota de las múltiples disciplinas que nutren el conocimiento e influyen en el comportamiento de la gente. Frecuentemente, cuando creo haber encontrado las respuestas, con sorpresa, me asaltan y avasallan preguntas emergentes.
Observo, escucho, me detengo y aprendo. Es a partir de la introspección del día a día, que descubro nuevas perspectivas.
Me relaciono, convivo y pervivo con la parte más importante y esencial de todas, aquella que sustenta la asamblea humana: “Las personas”.
Experimento, ejecuto y practico en forma dinámica y flexible, hacia la búsqueda del equilibrio y la armonía. Entre el equilibrio y la armonía, prefiero la segunda. El primero es un balance de las partes y la segunda es la suma de los todos. Y así, voy creciendo y desarrollándome, apoyado en tres valores y herramientas fundamentales: Vocación (propósito de vida), talentos (capacidades innatas y adquiridas) y, por último, pasión (la energía, el entusiasmo, el Dios interior que me motiva).
En un mundo complejo y discordante, es importante tratar de llegar al fondo de las cosas, aun a sabiendas que no existen recetas ni fórmulas perfectas.
Más que razonar y sentir en forma ciega, aspiro a comprender y entender la naturaleza de la condición humana como un camino sutil a la sabiduría.
Hace tiempo descubrí que la humildad y aprendizaje son cualidades inherentes, que van de la mano. Entendí, que si puedo aprender de todos y de todo, el aprendizaje es ilimitado y que sólo lo limita la propia existencia.
Yo decido sobre el panorama que me ofrece el bosque de la vida. Avanzo, entiendo y reflexiono sobre las consecuencias de lo que hago. A veces hago altos y rectifico, pero sobre todo, siempre trato de aprender y superarme.
Sigo con inquietud y curiosidad la luz de mi llamado, trato siempre de hacer lo que me gusta y, cuando eso no es posible, me aplico entonces a enamorarme de lo que hago.
Finalmente, disfruto el fruto que me brinda dar y darme, asumir el reto y desafío de inspirar e influir positivamente en el entorno y las personas.
Es este mi perfil y mi esperanza. Un perfil y una esperanza circunscritos, por algo muy simple y contundente, el hecho de que creo firmemente en la superación continua de lo humano y en la grandeza del alma que nos guía.
Me despido querido lector con una última frase para la reflexión:
“El tiempo es la eternidad que se mueve”. – Platón
Afectuosamente, su amigo
Carlos A. Zertuche Zuani
carloszz54@hotmail.com
Mayo 2015
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