Gotas de lluvia sobre mi conciencia.
- Carlos A. Zertuche Zuani
- Jul 27, 2015
- 3 min read

Crecer por dentro
“Escribir es un acto solitario con repercusiones públicas, pensar es una conversación íntima con repercusiones personales”. - CAZZ
Dedico este artículo a mi hermano Sergio y su familia, simplemente porque los quiero.
Escribo, respondo a una orden sutil que dicta mi conciencia. Recreo el pensamiento alucinante y los sentimientos que conforman el pan nuestro de cada día. Al inicio del año proponía, apartar un instante entre la aurora y el ocaso, para disfrutar la esencia del cuerpo que habitamos. Aceptar el instante dentro de la eternidad, dejarnos ir con abandono, saborear en plenitud el ser y estar, agradecer la vida contenida en un suspiro, y simplemente, no hacer nada. Cultivar un espacio, para el sentimiento y pensamiento creativo, a partir de la contemplación (la comunicación más importante de todas, la intra personal). Proponía, en fin: “mirar por la ventana”.
Si escribir es un acto solitario con repercusiones públicas, pensar es una conversación íntima con repercusiones personales. Producto de la introspección y las vivencias de las últimas semanas, recojo algunas ideas y las comparto, las desnudo y acaricio, tenso el arco y las lanzo, como si fueran flechas dirigidas al centro de tu alma. Te regalo dos ideas para la reflexión.
Jubilar ideas.
Muchas de nuestras batallas son mentales. Nos llenamos de angustias y preguntas cuando muchos de los problemas ni siquiera llegan a presentarse. Lo que parece interesante y provocativo, de repente se vuelve irrelevante. Lo que es verdad hoy, puede no serlo mañana. ¿Cuáles son los límites entre la historia y la ficción, entre la percepción y realidad? Frecuentemente nos equivocamos en la búsqueda científica del falso o verdadero, del número preciso o resultado absoluto, inmersos en la utopía de la lógica y las matemáticas. ¿No será que todo es cuestión del tiempo y del contexto? Si todo cambia, ¿Por qué no cambiar también lo que se mantiene arbitrario en nuestra forma de pensar? Te voy a dar un ejemplo de algo, que parece un estado absoluto y definitivo: “la muerte”. La vida se extingue, queda un cuerpo de materia, pero si te retiras un poco y dejas pasar el tiempo, te das cuenta que sólo es vida en fase transitoria y más temprano que tarde, de ahí, nace una flor, que despierta y hace una reverencia solemne al sol. Ya lo decía Ortega y Gasset: “De vez en cuando hay que hacer higiene de los ideales”. Te invito a cuestionar permanentemente lo que pensamos y hacemos, porque lo obsoleto no es necesariamente lo que acumula años, sino lo que carece de valor.
Estado de gracia.
Me conmueve el misterio de la muerte. La descripción que de ella hace la religión, los filósofos y los expertos. Releo algunos textos magistrales sobre dos muertes recientes (Paco de Lucia el guitarrista flamenco y Luis Villoro el filósofo romántico). Acude a mí, el recuerdo de la muerte de mi padre (Marzo del 94). Cuando alguien parte, quedan sus recuerdos y algunas de sus obras orbitan alrededor de su pretérita presencia. La vida, en la medida del tiempo que inventamos, es muy breve, pero una vida bien empleada es una experiencia de enseñanza dilatada.
En el giro cronológico de la existencia, todos interpretamos diversos papeles (hijo, hermano, esposo, padre, abuelo y amigo), de nosotros depende volver las actuaciones relevantes. A veces nos alcanza la tragedia, otras tantas nos envuelve la comedia, el drama. Entramos y salimos de escena, pero es ineludible el último acto, aquel donde la vida, espectadora, nos toma la lección final.
Hay muchas formas como gente hay, de imaginar el cielo. Me gusta imaginarlo, como un mar donde las olas son nubes, y veleros infinitos de humanidad silente, viajan extasiados por notas musicales en un pentagrama de arcoíris, disfrutando el amor y la belleza, en permanente estado de gracia.
Reflexión final.
¿Cómo la ves, querido lector? Los pensamientos que surgieron cuando me entregue a “la nada”. Me deje ir y llegaron las ideas como duendes traviesos en el bosque que esperaban ser descubiertos. Dice Fernando Bayón (Dr. en Filosofía y Ciencias de la Educación e Investigador del Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto en Bilbao) que hay personas que no se reservan nunca espacio para sí mismas; que el ocio desde el plano individual es una fuente de gozo, creatividad, autorrealización y trascendencia. Desafortunadamente, vivimos en un mundo donde se construye la identidad, a través del desarrollo profesional y enfoque utilitario del poder y lo material; cuando debería ser, a través del ejercicio de la libertad, para contar tú historia a partir de la vocación, talento y pasión.
Me despido… me retiro dentro de mí porque necesito compañía, voy tras la búsqueda de mi esencia, quien quite y como dice el título de mi colaboración, se refresque mi existencia con unas gotas de lluvia sobre mi conciencia.
Afectuosamente, su amigo
Carlos A. Zertuche Zuani
carloszz54@hotmail.com
Mayo 2014
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