Quería ser profesor y terminó de alumno.

Crecer por dentro

“Breve es el tiempo que la vida nos da, pero el recuerdo de una vida bien empleada, es eterno”. - Filípicas Cicerón.

Dedico éste artículo a todos los profesores que han influido en mi vida.

Hay una diferencia sutil entre una historia y un cuento. Si bien las dos utilizan la herramienta del lenguaje para transmitir su mensaje, la historia siempre será un ejercicio cercano nunca absoluto de la realidad, ¿por qué cercano y no absoluto?, porque la descripción de los hechos en las historias siempre estarán matizados de la interpretación y percepciones personales. El cuento en contraparte, se inspira en la realidad, pero es más bien un invento que se nutre de la chispa de la imaginación.

De cualquier forma, déjenme platicarles una historia como si fuera un cuento.

Había una vez un muchacho que estudiaba medicina, que mantenía un contacto epistolar con su padre. Conversaban como solía hacerse en aquel entonces (los 70´s) a través de correspondencia manuscrita. En una de tantas misivas, el padre le compartió a su hijo en unas líneas, conceptos básicos que sacudieron su alma y su conciencia:

“La vida es de ideas, pero sobretodo de acción. Si deseas y algo te apasiona en el camino, simplemente prepárate y hazlo. Sólo son dos los resultados posibles, y ninguno es malo. Si triunfas, sé humilde, agradece, comparte y redirige tus esfuerzos hacia nuevos logros. Si fracasas, recapacita, aprende, sonríe y a otra cosa. Pero lo que nunca debe suceder es que te quedes con la duda existencial que paraliza el corazón y la conciencia: ¿Por qué no lo hice, por qué no lo intenté?”.

Pasaron los años, el estudiante se convirtió en médico, pero en el fondo siempre reconocía un deseo de ser educador, de algún día ser profesor. Intuía que esa era una de las mejores formas de encontrar la autorrealización y trascendencia.

No siempre el que busca encuentra, pero sucedió que toco la puerta del TEC y la escuela de medicina lo invitó a pasar. Lo capacitaron y empezó a enseñar, sin embargo, a través de los años vislumbró algo extraño, una transformación, más bien una transfiguración. Se dio cuenta que entre más enseñaba más aprendía, y que lo relevante no era lo que entregaba, sino lo que recibía. Fue así que en un momento de iluminación y claridad, le llego una verdad deslumbrante y absoluta que definiría su vida:

“Debía aceptar que todo y todos, tienen algo que enseñarme, y que esto, me abre la oportunidad de aprendizaje y crecimiento ilimitado”.

En ese momento surgió la magia, y aquel que siempre quiso ser profesor se convirtió en alumno.

Termino con una idea muy simple para la reflexión:

“Muchas veces en la vida, lo que encontramos en el camino es más importante que la meta misma. Es el viaje el que determina nuestra realización y destino”.

Nota: la historia está inspirada en el poder de la influencia positiva de un padre a su hijo, y de cómo a través de la enseñanza y aprendizaje los profesores y alumnos cambian vidas.

Afectuosamente, su amigo

Carlos A. Zertuche Zuani

carloszz54@hotmail.com

Septiembre 2013